viernes, 25 de enero de 2019

Quien se mueve, se estrella



Lo que mató a Miguel entró muy campante por el patio de su casa. Fue un solo proyectil que alcanzó su garganta y acabó con su vida llena de presagios. Ese día, se quedó mirando desde su casa aquellas edificaciones que se elevan allá, sobre la Loma de la Cruz. En especial miró con detenimiento aquella de cuatro pisos que siempre cuestionó por tratarse de un terreno inestable, y como si fuera poco, llegó a decir que desde allí vendría la causa de su muerte, según él, era cuestión de ilaciones, cosa que en esos días me parecía trivial.

Él era un hombre valiente, curtido en las adversidades, pero era también hombre vencido. Pero ese día, todo parecía haber cambiado para él. Quiero decir que Miguel esa mañana se levantó temprano, y después de bañarse, se dejó los pantalones a medio abotonar y con la toalla sobre sus hombros, salió al corredor y se quedó allí en silencio peinando su lacia cabellera. Después lo escuché silbando. En eso estaba cuando sonó una detonación. Fue cuando se quedó mirando hacia el cerro, mientras atornillaba la toalla sostenida por su nuca. Durante unos segundos no se oyó el más mínimo ruido. El tiempo pasó despacio como queriendo asegurarse de que estaba muerto. Desde mi pieza, comencé a impacientarme. Asomé la cabeza por la ventana: mi curiosidad había vencido al temor: era un proyectil que desde la casa de cuatro pisos entró silbando. Eso que el informe policial llamó «objeto contundente», fue una piedra que lo impactó en su afilada nuez de Adán y que cayó a su lado partida en dos.
©Guillermo A. Castillo

6 comentarios:

  1. La intuición o presagio de Miguel. De ese edificio de cuatro pisos llegaría su muerte. Me ha impactado que fuera un apiedra, partida luego en dos, el objeto asesino.

    Muy bien narrado, cómo no, Guillermo. Un gustazo leerte siempre. Un abrazo desde este lado del mar

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  2. Me pregunto si sabiendo Miguel que su muerte iba a venir exactamente desde allí, qué fue lo que le llevó a esperarlo de frente, ¿su valentía o el sentirse vencido?.
    Un saludo.

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  3. Manuela, en primer déjame darte mi saludo de bienvenida a este sitio del ciberespacio, cuyas únicas coordnadas son tus amables comentarios que, a partir de hoy, quieras dejar escritas.
    Y respecto a tu mensaje responderé con otro interrogante: El destino de Miguel estaba escrito en las estrellas o, él mismo escogió quedarse de frente, pese a la inminente amenaza?
    Muchas gracias y mi saludo te alcance donde quiera ue estés.

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  4. Algunos nacen sabiendo y otros nacen sin saberlo...

    Saludos,

    J.

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  5. José, un muy buen juego de palabras sentenciosas.

    Saludos.

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