Tirita
el calor,
el
viento solo sopla
sueltas
cenizas.
Vuelan
palomas,
atronador
silencio,
hojas
en blanco.
Apasionada
dijo:
te amaré siempre;
duele
el olvido.
Sobre
su pecho
llegan
vicisitudes,
la
sueño menos.
早く
Sus
manos la atraen,
repique
del temporal
sobre
su cuerpo.
©Guillermo A. Castillo
Me gustan todos. Aquí los almendros andan floreciendo, como preludio de una primavera en ciernes.
ResponderBorrarLindos. Me gusta mucho, por cierto, esta versión de blog, donde el blanco, de lirio, de azucena, de hoja de papel, es lo que predomina. Un abrazo desde este lado del mar
En cambio a mí me gusta que tú escribas en cada nueva entrada a manera de colofón.
ResponderBorrarUn abrazo te llegue una vez surja del espumoso mar.
Utilizar pocas palabras es difícil porque hay que elegir justo la precisa, a la vez dejas al lector que interprete según su propia imaginación. Es ideal. Genial.
ResponderBorrarSAludos.
En efecto, Manuela, se trata de un poema en una sola estrofa métrica.
ResponderBorrarSaludo también para ti.
Bellísimos poemas, a titulo personal me quedo con ese; Apasionada dijo: te amaré siempre; duele el olvido.
ResponderBorrarPuede que sea por el momento personal que uno pasa, he llegado aquí por casualidad.
Encantado de saludarte, Ricardo.
Hola, Ricardo. Muchas gracias por el saludo.
ResponderBorrarEn cuanto lo que dices, estoy de acuerdo contigo, uno escribe según las circunstancias.
espero seguir contando con tus amables comentarios.
Chao, saludos.
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