Las viejas costumbres son muy difíciles de cambiar, dice el
de rostro abotagado y lustroso de sudor que deja escapar un ruidoso bostezo. En
donde nos educaron a usted y a mí, se forjó la cultura del país. Es cierto,
apuntó el otro, es por es0 que el rey nos hace sentir como los más
insignificantes seres del reino, concluyó mientras le lustra las botas.©Guillermo
A. Castillo.
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